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2007 alejandro-tous.es

La esperada boda de Bea: "Es el final feliz del cuento" 

Tras dos años de espera y 476 capítulos, por fin Beatriz Pérez Pinzón y Álvaro Aguilar han llegado ante el altar. Los espectadores podrán verlo en el capítulo del viernes 20, en Tele 5, y supondrá la marcha definitiva de la serie de sus actores protagonistas, Ruth Núñez y Alejandro Tous, aunque Yo soy Bea continuará en antena con nuevas aventuras y peripecias en la revista Bulevar 21: «La boda era el final esperado de este cuento que ha sido la historia de amor entre Bea y Álvaro –cuenta Ruth–. Ese día, Bea estaba feliz porque era su sueño hecho realidad».

Alejandro ¿a qué se ha debido el gran éxito de la serie?
A que los personajes son muy de verdad, gente blanca por dentro, era como un cuento y también tenía mucho de cómic, con algunos personajes muy exagerados

.

Ruth, ¿los personajes han terminado por cansancio vuestro?
No. Los personajes no pesan, y menos con la gran acogida del público. Pero esta es una historia con principio y final, es como un cuento y no daba más de sí. Tenía que terminar algún día.

Preservar la magia
Alejandro, ¿cómo fue el último día de grabación?

Fue la escena de la boda. Esos días son muy folloneros, porque si en un día normal estamos tres actores y hay un lío tremendo, cuando se junta todo el elenco de la serie es una locura. Fue muy divertido porque íbamos todos con cámaras de fotos y de vídeo para inmortalizar el momento.

Ruth, tú has sufrido mucho al no poder salir apenas para que no se viera tu imagen...
No ha sido exactamente así. En esta historia la magia estaba en el cambio físico, y eso se ha querido preservar en todo momento; por eso no debía ir a mucho actos públicos para mantener un poco el misterio.

Alejandro, ¿cuál es vuestro futuro a partir de ahora?
Por ahora, y hablo por los dos, vamos a descansar un poquito. Y en breve empezaremos juntos, Ruth y yo, una función con el director inglés Will Keen. El año que viene no estamos por las pantallas sino por los teatros. Va a ser algo muy diferente a lo que ahora hemos hecho. La primera parte es una comedia, al cine por cien; y la segunda es una tragedia.

Habéis estado dos años juntos en Yo soy Bea y ahora trabajaréis juntos en teatro. ¿Ha surgido así o lo habéis buscado expresamente?
Lo de Bea fue casualidad, un accidente y en este caso hemos tenido la suerte de que el director, Will Keen, ha querido contar con los dos. Pero cuando te encuentras a un actor que trabaja de la misma manera que tú, con el mismo grado de implicación y compromiso, no lo quieres soltar... Eso es lo que me pasa con Alejandro. Es mucho más fácil para estar encima del escenario junto a un compañero que te dé seguridad, y éste es el caso (dice Ruth).
Y Alejandro añade:
Yo opino lo mismo. Es tan difícil encontrar a alguien con quien trabajar a gusto... Para mí Ruth Nuñez es la mejor actriz de este país, con diferencia y ha sido un regalo trabajar con ella, porque te lo hace todo muy fácil y el resultado es maravilloso.

Encasillados
Ruth, ¿habéis sentido miedo porque os encasillaran?

En esta profesión no tienes seguridad de nada. Tú eliges esta profesión. El problema del encasillamiento se termina cuando haces otro personaje.

Sobre el tema, Alejandro dice:
La clave está en cambiar de registro. Lo divertido es hacer cada vez una cosa distinta. No hemos sentido miedo. Lo raro es hacer durante dos años el mismo personaje.

Tras este trabajo, ¿hay un antes y un después en vuestras vidas?
Te cambia mucho la vida porque una serie diaria es una locura y más cuando eres protagonista. En nuestro caso, además, eran los primeros papeles protagonista que hacíamos los dos. Eso pesa mucho, por las horas que le tienes que dedicar al día, tanto a estudiar los guiones como a grabar –dice Alejandro.

Alejandro, ¿cómo has llevado el papel de galán?
Es muy complicado. Hay mucha presión porque tienes que mantener el tipo todo el tiempo.

Guapa por dentro
Ruth, ¿la moraleja de Yo soy Bea es que hay que ser guapa para conseguir la felicidad?

No, en absoluto. El cambio de Bea se hace durante toda la serie, es un cambio interno. Va ganando en seguridad, en firmeza... El cambio físico es la gota que colma el vaso, era superar su último miedo. No era necesario ése cambio para la historia, pero todos hemos creído que era un regalo para el público.

Y Alejandro apunta:
Realmente, Bea lo consigue todo antes de ser guapa, Álvaro ya está enamorado de ella, es la jefa de la revista, tiene muchos amigos...

¿Cómo fue la despedida de los compañeros?
Muy triste. Aquel día hubo mares de lágrimas. Han sido dos años y somos como una familia.

Fuente: Revista Semana (18 de Junio de 2008)

Fotografía cedida por El Espectáculo Teatral