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2007 alejandro-tous.es

Cabaret, el musical del año

Willkommen! Bienvenue! Welcome! Con estas palabras da comienzo Cabaret, el musical que nos traslada al Berlín de 1931 en donde se viven los últimos momentos de felicidad de esos días. Historias de amor como la de Cliff Bradshaw, un novelista estadounidense, que llega a la ciudad para escribir un libro y acaba compartiendo su vida con la cantante inglesa del Kit Kat Klub Sally Bowles o el romance entre Fräulain Schneider y el propietario judío de la frutería, Herr Schultz son una muestra de cómo dejarse guiar por el corazón en un mundo que se desmorona. Por otra parte, nos encontramos con el Kit Kat Klub que cada noche abre sus puertas a todos aquellos que  buscan una noche atrevida, sexy y muy erótica. Un club que está gobernado por su inquietante y divertido maestro de ceremonias Emcee, que atrapa a sus espectadores con sus bailarinas y su estrella principal Sally Bowles. El club escenifica la convivencia entre el crecimiento nazi y la fingida normalidad de los protagonistas.

Cabaret está considerado como uno de los grandes títulos de la historia del teatro musical. Su intensidad dramática, la profundidad de los personajes y la calidad artística ha hecho posible que el día del estreno el Palacio de Congresos de Zaragoza se encontrara con absolutamente lleno. Dos horas y media de función, aproximadamente, que se divide en una primera parte en la que se disfruta más de las ilusiones y la libertad pero, que queda ennegrecida por la segunda en donde se rompen los sueños, se vive la amenaza del nazismo y los dramas se hacen más presentes. El público vive una explosión de sentimientos en donde encuentran el equilibrio entre lo cómico y lo dramático.

Una de las escenas más impactantes que he visto hasta el momento en este tipo de espectáculos fue el final. No voy a revelarlo porque vosotros debéis ser testigos de ello pero su director, Jaime Azpilicueta, ha creado un desenlace que hace que el público salte de sus butacas y se quede con la boca abierta. Impresionada con esa imagen que te deja sin aliento.

Y si a todo esto se le une el lujo, la originalidad, la diversión y los números musicales como Willkomen, Money Money o el breve número donde el claqué es el protagonista. Pero, sobre todo, el momento en el que Sally interpreta Cabaret se roza la perfección ya que consigue poner los pelos de punta al público. Toda la escenografía se vuelve elegante, la iluminación, el escenario y el vestido rojo de la cantante hace que el número se convierta en una auténtica belleza llevándose una gran ovación de los asistentes. Y si a todo esto le añadimos la música en directo y poder verlos en la parte de arriba del Kit Kat Klub se crea una mezcla perfecta para disfrutar de este espectáculo.

El elenco hace un trabajo impecable. El maestro de ceremonias asegura las risas y el humor. Interpretado por Armando Pita es divertido, ingenioso y espontáneo provocando las carcajadas entre los espectadores. Su evolución es interesante y llega a resultar inquietante conforme se acerca el final. Su voz grandiosa hace los números más potentes. Alejandro Tous muestra los rasgos de humanidad, calidez y la rabia puntual demostrando sus grandes dotes de interpretación. Sally, interpretada por María Adamuz, creo que ha sido muy valiente por meterse en la piel de este personaje tan elegante y frívolo a la vez. Pero ella tiene la voz suficiente para hacer grandes números musicales y para pasar de los momentos cómicos a los trágicos.

Amparo Saizar interpreta a Frau Schneider un personaje fundamental en el desarrollo de la historia que renuncia a muchas cosas por sobrevivir en esa época. Tiene una poderosa voz y mucha fuerza a la hora de actuar. Schultz ese frutero judío gentil, sensible y enternecedor que transmite humanidad es interpretado por Enrique R. Del Portal tiene una voz sensible y potente. Por otra parte, está Víctor Díaz que interpreta a Ernst un hombre frío que da un giro inesperado cuando se descubre su verdadera naturaleza y cabe destacar su gran potencial vocal que llega a dejar impactado al espectador. Todo el elenco se merece una ovación especial porque es magnífico y todos hacen un papel de diez.

Por último, destacar el trabajo de dirección y el equipo artístico que es majestuoso. Desde el patio de butacas se ve una escenografía que hace cambiar el ambiente en cuestión de segundos. La habitación de Cliff, el pasillo de la pensión o el salón del cabaret son algunos de los decorados que reflejan fielmente la esencia de esos años y nos contagia de los momentos épicos vividos. Y el vestuario y el maquillaje también son increíbles en todo momento.

Cabaret es un cuento trágico y mágico a la vez. Entre sus puntos fuertes están la versión de Cabaret realizada por María Adamuz y los músicos en directo que siguen tocando aunque la función haya concluido. Es un musical en donde el público lo va a pasar en grande y se va a reír aunque, también, tenga sus momentos trágicos.

Fuente: http://actuaragon.es/?p=546

Fotografia por Merrick (Spinnin 2007)