Santiago Requejo a nuestra Web: "Rhodéa habla del amor, y el amor es el tema universal por antonomasia"
Santiago Requejo es un joven licenciado en Derecho y ADE que siempre ha deseado idear y crear historias para contárselas a los demás, y para éso, nada mejor que su cámara de vídeo. Tras bastantes cortos amateur, y participar en numerosos concursos con mucho éxito, se embarca en su primer cortometraje profesional: Rhodéa.
Santi, lógicamente, la primera pregunta es obligada. ¿Cuándo y dónde surge Rhodéa?
Rhodéa nace en verano del 2008 en Los Ángeles, EEUU. Cuando me encontraba allí realizando unas prácticas en la productora “Metanoia Films”. Durante esos dos meses y junto a mi amigo americano Joe Torres, ideamos lo que más tarde se convertiría en el cortometraje Rhodéa. El detonante que encendió el proyecto no fue otro que la ilusión fehaciente de dos amigos que querían hacer cine, contar historias a la gente, entretener, ilusionar, emocionar.
A través de la información que habéis ido volcando en Internet, hemos sabido que el guión del cortometraje tardasteis un año en prepararlo. ¿Qué nos puedes decir que tenga de especial este corto?
Cuando decimos que tardamos un año en prepararlo no nos referimos exclusivamente al guión sino a poner en marcha toda la infraestructura necesaria para sacar adelante el proyecto: Financiación, equipo técnico, artístico, localizaciones…
Hemos oído hablar mucho sobre la llamada “hora mágica”, pero ¿nos podrías comentar alguna escena que te gustaría destacar o alguna que dificultó sobremanera el rodaje?
Como ya sabéis, en Rhodéa hicimos una apuesta importante por la fotografía. Rhodéa es un cortometraje muy psicológico y creímos que la fotografía podría ayudar a transmitir esa psicología buscada de los personajes. En ese planteamiento, vimos que rodar en la “hora mágica” ayudaría mucho a este cometido además de abaratar los costes. Digamos que la hora mágica se puede simular artificialmente en cualquier momento del día, lo que ocurre es que hacerlo así, supone un coste tan alto que no era viable. Por eso decidimos que la hora mágica fuera real, para lo cual tuvimos que rodar a unas horas poco amigables. La hora mágica aporta una luz atemporal transmitiendo la sensación que el tiempo no transcurre. En mi opinión, la escena que refleja mejor visualmente este hecho son las primeras y las últimas escenas del corto. Sin embargo, la escena más complicada de rodar fue la del coche con el reflejo en la ventana, cuando Laura está camino de la Iglesia. La dificultad estriba en que la cámara iba fuera del coche, sin que nadie estuviera observando lo que se estaba filmando y así el resultado lo veíamos una vez la escena estaba terminada. Por lo que teníamos que ajustar varias veces y volver a grabar la escena. Además, se estaba haciendo de noche y no teníamos tiempo. Afortunadamente al final, salió muy bien.
Según pudimos ver en el primer vídeo que publicasteis en la red, a Alejandro le conquistó la entrevista personal y un concepto diferente de rodaje. ¿A qué se refiere con esto último? ¿En que modo sois tan innovadores con lo que normalmente está vigente en España?
No creo que seamos para nada innovadores con lo que se hace en España, sin embargo creo que lo que pudo llamar la atención a Alejandro fue el intentar contar una historia con parámetros universales, de manera que esta historia no fuera localizada geográficamente en ningún lugar y al mismo tiempo cualquier espectador la sintiera muy cercana. No se trata de algo innovador en España sino más bien algo poco común.
Alejandro encarna a Edward, ¿por qué fue elegido Alejandro para ese papel o que fue lo que os atrajo de él?
Cuando terminamos el guión de Rhodéa y estuvimos viendo actores, nos pasó que al ver a Alejandro vimos a Edward, fue así de claro. Contactamos con él, le interesó el proyecto y al quedar con él para hacerle la prueba de cámara, fue todavía más evidente que tenía que ser él quien encarnase a Edward.
La compañera de reparto de Alejandro, Eva, es conocida principalmente por sus trabajos como modelo y no como actriz. ¿Cómo llega Eva Álvarez a Rhodéa?
Nos pasó un poco como con Alejandro. En este caso, no hicimos como otras veces en convocar un cásting para que la gente acudiera y luego decidir nosotros. Al tratarse de un cortometraje muy estético, necesitábamos a alguien que a priori, nada más verla pudiera ser Laura. Por eso, más que un cásting, se trataba más bien de una corroboración de lo que habíamos visto en una fotografía. Así que tuvimos mucha suerte, porque no tuvimos que buscar y buscar y buscar. Además, estos actores entendieron perfectamente la historia que quería contar, la interiorizaron excelentemente desde el principio, y para un director, conseguir esa conexión tan rápido es maravilloso ya que es algo difícil de conseguir.
La ambientación del cortometraje es muy “americana”. ¿Es debido al tiempo en que estuviste estudiando en USA o siempre concebiste el proyecto con esa ambientación?
Rhodéa habla del amor, y el amor es el tema universal por antonomasia, por eso creímos que lo más acertado sería enmarcar la historia con elementos visuales comunes aceptados por todos los pueblos. En este sentido, aprovechar la estética americana nos parecía lo más acertado de cara a que Rhodéa adquiriese ese carácter universal.
La música en Rhodéa es muy especial y hemos oído que “acompaña” a la historia. ¿Es posible que nos comentes algo sobre ese modo de hilar la historia sin desvelarnos nada del argumento?
Es difícil contestar a esta pregunta sin desvelar el argumento. Por eso simplemente decirte que la B.S.O de Rhodéa transmite perfectamente en tiempo y forma lo que el guión necesita. Contar con el talento del maestro Iñigo Pirfano para Rhodéa ha sido una de las grandes suertes del proyecto. Iñigo es un genio y creo que en Rhodéa se ve esa genialidad.
¿Nunca te planteaste la idea de Rhodéa como un largometraje?
En principio no. Sin embargo, ahora viendo la cinta, es posible que cambiando algunas cosas y dándole más contenido se podría utilizar para el argumento de un largometraje, pero para ello sería necesario hacer unos cambios sustanciales que tampoco os puedo contar sin desvelar el argumento.
Sabemos que es complejo conseguir que un cortometraje llegue a un número importante de personas, y pese a ello, habéis conseguido el estreno en un cine. ¿Cómo surge esta posibilidad? ¿Y qué pensáis de los portales de internet donde pueden colgarse cortos para una mayor difusión?
Sobre todo tener la experiencia aunque solo sea por un breve período de tiempo, de tener el contacto directo con el público. Una sala de cine tiene algo mágico. Si no es lo mismo ver una película en el cine que en el salón de tu casa, con el cortometraje pasa lo mismo, y con Rhodéa quizás más, ya que todo el diseño de producción estuvo orientado a la proyección en la gran pantalla. Nunca será igual ver Rhodéa en un ordenador que en un cine. Además queremos ver la reacción del público asistente ante el proyecto. En ese momento da igual el esfuerzo que hayas hecho o el tiempo que le hayas dedicado. El resultado está ahí y eso es lo que hay que juzgar.
Hemos estado viendo que os habéis volcado ofreciendo información por Internet, algo que os agradecemos sobremanera. ¿Creeis que el boca a boca es lo más importante para la difusión de un corto?
Como director, la mayor satisfacción que puede haber –más que cualquier premio- es que tu película sea vista por mucha gente y les pueda decir algo. Por eso, Internet es el medio adecuado para conseguir eso. Creemos que utilizar las redes sociales como medio para promocionar cualquier producto ya no es una opción sino una necesidad. Además, tener la posibilidad de contactar con el público de una manera tan directa es algo muy enriquecedor y gratificante.
Nos encantaría saber si Rhodéa va a estar girando mucho próximamente o cual es la idea que tenéis para promocionarlo.
Rhodéa estará girando por festivales más o menos una año y medio o dos. La idea de la promoción , a parte de los festivales, no la tenemos todavía cerrada. Pero nos gustaría que Rhodéa lo viera mucha gente.
¿Estáis pensando ya en próximos proyectos?
Tenemos varios proyectos para este año que empieza. Pero todavía no nos hemos decantado por ninguno.
Un millón de gracias por lo bien que nos habéis tratado durante todo este tiempo y por ayudarnos en todo momento. Os deseamos lo mejor, y estamos convencidas de que os llegará. ¡¡Suerte el próximo 27 de Noviembre!!
