'El tiempo y los Conway' o cómo el paso de los años mina los sueños
- 27 ENE 2012 | Raúl Losánez.
La aclamada obra del británico John Boynton Priestley está dirigida por Pérez de la Fuente y protagonizada por Luisa Martín.
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No cabe duda de que el tiempo, como fuente de inspiración literaria, es, ha sido y será uno de los principales manantiales donde siempre saciarán su sed artística los más grandes escritores de todos los tiempos. Pero no es menos verdad que, de ese inagotable hontanar, de ese asunto o tema literario, han bebido mucho más los poetas y los narradores que los dramaturgos. Por supuesto, ha habido algunas excepciones, pero quizá ninguna tan llamativa como la del autor británico J. B. Priestley, que llegó a hacer que el tiempo en el escenario se convirtiera prácticamente en un personaje más. Esta “obsesión” dramática está presente en muchas de sus obras, aunque en algunas de ellas aparece camuflada bajo los convencionales ropajes de un género cualquiera en el que el texto se inscribe –caso, por ejemplo, de la célebre Llama un inspector, que bien puede entenderse en un primer nivel de lectura como una obra policíaca–; pero cobra especial relevancia en El tiempo y los Conway, donde, sin ningún disimulo, el autor muestra abiertamente la devastación que el transcurso de los años ocasiona en los sueños y aspiraciones de una acomodada familia inglesa durante el periodo de entreguerras. En el montaje de esta obra, el director Juan Carlos Pérez de la Fuente, en cuyas propuestas suele haber un componente de audaz transgresión, se ha plegado aquí con inteligencia a las propias y suficientes audacias que Priestley ya ofrecía en su dramaturgia y que pasan incluso por dar a conocer al espectador el final de la trama en el segundo acto, para volver luego, en el tercero y último, sobre la línea argumental que había quedado interrumpida en el primer acto. Con buen criterio, Pérez de la Fuente hace confluir en esa particular y esencial articulación del discurso todos los elementos escénicos de que dispone para llevar alegremente al espectador de atrás a delante y de nuevo hacia atrás, transfiriéndole por el camino las frustraciones, cada vez más palmarias, de unos personajes que evolucionan como simples títeres del destino.
El trabajo del director se levanta sobre un campo previa y sabiamente abonado por Alicia Mariño y Luis Alberto de Cuenca en la certera versión que han elaborado del texto, en la que, no obstante, no hubiera sido muy irrespetuoso aliviar algo más un primer acto demasiado estirado originalmente por el autor para transmitir, simplemente, el carácter esperanzado y jovial de los personajes que va presentando.
En cuanto al elenco, algo desigual, cabe destacar de manera especial a la actriz Luisa Martín, que logra componer de manera muy personal una más que verosímil señora Conway, alejada de los tópicos que amenazan en la interpretación a ese tipo de caracteres y con la que se permite exhibir una versatilidad en los registros que, posiblemente, no había podido desarrollar en ningún papel anterior.
‘El tiempo y los Conway’. Autor: J.B. Priestley Director: Juan Carlos Pérez de la Fuente.
Reparto: Luisa Martín , Nuria Gallardo, Alejandro Tous. Teatros del Canal, hasta el 5 de febrero.