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2007 alejandro-tous.es

Martín Sastre, una historia de fe y devoción

06.05.2011

Todo por un sueño. El lema se puede aplicar tanto a los personajes de Miss Tacuarembó como a Martín Sastre, videoartista, apasionado de la cultura pop y ya cineasta con todas las de la ley. En su debut en el largometraje, este uruguayo, afincado desde hace nueve años en España, ha volcado todas sus obsesiones. El resultado es una película inclasificable, plagada de referentes que homenajea con orgullo y reinventa con arte.

Entrevista Agustín G. Cascales
Foto Martín Sastre Miguel A. Fernández

SHANGAY EXPRESS: ¿Te introdujiste en el mundo del arte con la intención de acabar haciendo cine?

MARTÍN SASTRE: En realidad quería hacer cine desde muy pequeño. Con ocho años ya estaba haciendo un curso en la Cinemateca de Montevideo. Vimos todos los clásicos y pronto empezamos a rodar cortos. Haber dirigido Miss Tacuarembó es para mí una fantasía infantil hecha realidad; la hice con la cabeza de un adulto pero con el corazón de un niño.

S.E: Has adaptado la novela del también uruguayo Dani Umpi, que aquí no está editada. Lo sorprendente es que su universo tiene mucho que ver con el tuyo.

M.S: Dani es la primera persona que me dijo que era fan mío, hace años. Y yo soy muy fan de mis fans, me parece lo más que alguien admire lo que hago. Nos hicimos amigos, y fui de los primeros en leer su novela. Más bien la devoré. Era la primera vez en mi vida que yo, que siempre he leído muchísimo, me encontraba con un libro en el que aparecía todo lo que a mí me marcó de más joven: Cristal, Los goonies, Parchís... Me identifiqué por completo con esa angustia que tienen los dos protagonistas, que desean salir de un pueblo pequeño para ir a vivir a la gran ciudad, que sueñan con que el mundo acabe siendo suyo. Fue acabarla y decirle a Dani: "Tengo que hacer una película de esta novela. Y la protagonista será Natalia Oreiro".

S.E: ¿Cómo convenciste a Natalia Oreiro, toda una estrella en Sudamérica, de que se arriesgara a protagonizar una película como esta?

M.S: Un año después de mi promesa, fui a hacer una performance junto con los otros cuatro artistas con los que formaba el colectivo Movimiento Sexy al Centro Cultural Recoleta en Buenos Aires. Resultó que coincidía con el cumpleaños de Natalia, y le hicimos llegar una invitación. Sorprendentemente, fue [risas]. Me presenté, le di la novela y le dije: "Esto será una película, vos serás la protagonista y yo el director".

S.E: ¿Tan fácil como eso?

M.S: Qué va. Años después, cuando nos hicimos amigos, me reconoció que ni la leyó; se la dio a su asistente y se olvidó de ella. Yo me vine a estudiar a España y seguí trabajando. Mis vídeos se iban pareciendo cada vez más a películas: más largos, más narrativos... Cuando presenté en la Bienal de Venecia Princess Diana: The Rose Conspiracy [divertidísimo trabajo en el que plantea la posibilidad de que Lady Di no muriera y viva en las afueras de Montevideo] decidí que quería volver a intentar hacer la película. Natalia se puso en contacto conmigo, porque por fin había leído la novela, y me citó en Buenos Aires para decirme que quería hacer la película. Eso fue hace cuatro años.

S.E: Son muchos los ingredientes que manejas en la película: hay números musicales -con temas versionados (como el principal de Flashdance) y originales, compuestos por Ale Sergi (de Miranda!)-, te recreas en los elementos estéticos e icónicos de la religión católica, hablas de cómo esta puede influir en un joven homosexual al que no se le acepta, te ríes de los códigos de la telebasura...

M.S: Pasan muchas cosas, pero de lo que realmente quería hablar era de cómo cada uno va construyendo su realidad. En este caso, una estructura como la Iglesia es la que le dice a los protagonistas que no van a poder hacer realidad su sueños; en el caso de Carlos [Diego Reinhold], por ser maricón, y en el de Natalia, por ser una bastarda. Yo quería hablar de personajes que intentan superar sus límites a pesar de lo que les dicen los demás.

WHAT A FEELING!

S.E: Es evidente que el musical te apasiona, y le rindes tributo a tu manera. ¿Echas en falta hoy día musicales más lúdicos, como los de los 80?

M.S: Sí, los de ahora se toman demasiado en serio a sí mismos. Miss Tacuarembó es una película que se ríe de sí misma. A ver, hay un cameo de Jeanette Rodríguez, se hace referencia a telenovelas como Cristal y a Flashdance... Esa película, como Footlose, me marcó. Pero ¿son realmente musicales? Más bien películas con mucha música, donde esta es un personaje más, y eso era lo que buscaba yo. Mi intención es sorprender, estoy harto de ir al cine y saber a los cinco minutos todo lo que va a pasar.

S.E: No has perdido la oportunidad de rendir tributo a uno de tus iconos pop, Madonna.

M.S: La primera vez que fui a Tacuarembó vi a un niño que tenía de mascota un corderito. Y pensé que el personaje de Carlos debía tener una ovejita, para proyectar en ella todas sus mariconerías. Primero pensé en llamarla Raffaella, por la Carrà, pero al final me decidí por Madonna.

S.E: Se ha convertido, a tu pesar, en una cinta polémica. Sin ir más lejos, en el reciente Festival de Málaga [donde la cinta consiguió los premios a mejor película y mejor guión de la sección Zonazine] un grupo católico puso el grito en el cielo porque se fuese a proyectar una película en la que Cristo canta y baila.

M.S: En Uruguay también pasó. Se convirtió en tema de debate en realities, en los que se intentaba decidir si la película era sacrílega o no. Yo, que vengo de una familia profundamente atea, decidí hacerme católico por voluntad propia, nadie me obligó. Y la película toca el tema de la religión desde un punto de vista muy libre, porque no tengo ningún resentimiento hacia la Iglesia. No me pasa como a tantos amigos españoles que tienen muchas historias de cómo la Iglesia católica les afectó negativamente de pequeños. Yo me quedé solo con lo que me interesaba, como su iconografía. Y la película solo se puede ver como blasfema desde un punto de vista 100% ortodoxo: porque sí, Cristo besa a una chica y baila quitándose la ropa como un stripper. Pero a mí me parece más blasfemo Mel Gibson que yo [risas].

S.E: ¿Necesitarían los espectadores más jóvenes una guía con todos los referentes que has utilizado en tu película?

M.S: No. En Argentina y en Uruguay, donde ya se estrenó, me he encontrado con muchísimos jóvenes, de entre 13 y 18 años, que son superfans de Miss Tacuarembó. Muchos son gays, los hay que son fans de Miranda!... A mí, cuando tenía esa edad, también me interesaba sobre todo lo que hacían los directores de la generación anterior. Descubría sus referentes a través de las películas que hacían. Yo, por ejemplo, no sabía lo que eran los concursos de baile por televisión en Estados Unidos en los 60 y cuando vi Hairspray de John Waters con diez años me encantó...

S.E: Uno de los proyectos en que trabajas es una película sobre vampiros ambientada en el mundo del arte. ¿La oportunidad para unir definitivamente tus dos grandes pasiones?

M.S: Sí. Quiero trabajar para seguir uniendo los universos del arte y el cine, así todo es más divertido. El mundo del arte como elitista y restringido me parece una pérdida de tiempo. Yo quiero que lo que hago llegue a mucha gente, y no por eso voy a dejar de ser artista.

LA PELÍCULA MISS TACUAREMBÓ SE ESTRENA EL 13 DE MAYO EN CINES DE TODA ESPAÑA. MÁS INFORMACIÓN EN WWW.MISSTACUAREMBO.ES Y EN WWW.MARTINSASTRE.COM

Fuente: http://www.shangay.com/nota/25604/m[....]astre-una-historia-de-fe-y-devocion

 

Fotografia por Merrick (Spinnin 2007)